LA POESÍA

Tan bella que ama a su ego,
Trágica, sucia y tibia.
Tan feroz que me mira desde lugares recónditos con esos ojos objetivos en el mundo subjetivo.
Por sus grietas, donde entra la pureza de mis palabras (Ella también entró por las grietas de la historia).
Ella se deja de mí, de la historia, del norte, de los Kollas de un lunfardo obsesionado en ser perfecto.
Y yo, un simple despojado, intento sacar tu jugo sobre el papel, pero sólo exprimo óxido en tus labios paspados. Y somos amantes en momentos nuevamente.
Estos textos inéditos que hay en mi alma,
Que no quieren salir, que vienen rellenos desde el  olvido, que son la sombra de los días, caen entre perdones y en la vaga memoria de mis libros.
Cerdos que me comen, cerdos que apagan el bandoneón de tu alma… conozco tu cuerpo, puerto y tu mar.
Ya por tu ojera agobiada, corre mi última lágrima de sal y PAFF
Ya nos veremos poesía… adiós.

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